Las lagrimas que humedecen mi cara
No hay duda que el amor es la mayor de las bendiciones con las que la vida puede premiar a un corazón que sueña, sin embargo, cuando esta amor termina, puede convertirse en el peor de los males, y puedo decir que estoy seguro de eso, pues hoy me siento más muerto que vivo.
En mi día a día no hay un solo momento en el que no piense en ella, en todo lo que hemos compartido, cada beso, cada abrazo, y no me arrepiento de haberme entregado de esta manera sincera y sin condiciones.
El amor es un sentimiento tan lindo que puede clavarse en lo más hondo de nuestro corazón sin pensar, sobre todo cuando nos confiamos y pensamos que esa persona que tenemos a nuestro lado es nuestra alma gemela, y que procurará todo el bien posible hacia nosotros.
¡Que tontos!. Ahora que ella se ha ido me siento solo y abandonado, mi casa está fría, helada, y cada noche en la oscuridad las lágrimas más profundas invaden mi cara y me humedecen los ojos hasta que por cansancio me quedo dormido y ella aparece en mis sueños: como si nada hubiera pasado, como si todavía estuviera aquí y sonriéramos juntos y de la mano.
Cuando despierto me doy cuenta de que todo fue un sueño y se me hace duro continuar, pero trato de ser fuerte y seguir hacia adelante, por que pese a que mi corazón se encuentre partido en más de mil pedazos, tan solo puedo pensar en que de alguna manera u otra forma nos volveremos a estar juntos.
Quizá será la casualidad, quizá el arrepentimiento, o simplemente que se dé cuenta de que soy el amor de su vida y que estoy loco por ella. Desconozco cuando, ni de qué manera volverá, pero sé perfectamente que lo hará.
Lo único de lo que no estoy seguro es si cuando decida regresar, yo estaré ahí para retomar aquello tan bonito que compartimos hace un tiempo.